Antes: Un modelo basado en el autoconsumo privado
En 2012, Lanzarote inauguró su primera fotolinera con el objetivo de impulsar la movilidad eléctrica y el autoconsumo energético. Se trataba de una estación de recarga para vehículos eléctricos alimentada por energía solar, lo que suponía un avance hacia la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
Durante años, esta instalación sirvió como un ejemplo de cómo la combinación de energías renovables y transporte eléctrico podía funcionar en entornos insulares, donde el acceso a fuentes energéticas sostenibles es clave. Sin embargo, con el paso del tiempo, surgieron varios problemas:
- Deterioro de la infraestructura debido a las inclemencias climáticas y la falta de mantenimiento.
- Baja demanda, ya que el parque de vehículos eléctricos en la isla aún era reducido.
- Evolución de la estrategia energética, con un enfoque más amplio hacia el autoconsumo compartido en lugar del individual.
Finalmente, la Cámara de Comercio de Lanzarote y La Graciosa decidió retirar la fotolinera, marcando el fin de una etapa y el inicio de un nuevo enfoque en la gestión de la energía renovable en la isla.

Después: Hacia un modelo de autoconsumo compartido
El cierre de la fotolinera no significa el abandono de la energía renovable en Lanzarote. De hecho, supone un paso hacia una estrategia más eficiente y sostenible basada en el autoconsumo compartido.
La Cámara de Comercio, en colaboración con el Cabildo de Lanzarote, ha anunciado la puesta en marcha de la primera Comunidad Energética Local (CEL) «TODA» Lanzarote, que busca democratizar el acceso a la energía solar a través de una red de autoconsumo colectivo.
¿Qué cambia con este nuevo modelo?
- De lo individual a lo colectivo: Mientras que la fotolinera solo beneficiaba a unos pocos usuarios de coches eléctricos, el autoconsumo compartido permitirá que la energía solar generada en edificios públicos pueda ser utilizada por múltiples ciudadanos y empresas.
- Mayor eficiencia y aprovechamiento: La instalación de paneles solares en diferentes puntos de la isla permitirá una mejor distribución de la energía y reducirá el desperdicio de producción.
- Más accesibilidad para ciudadanos y pymes: Ahora, pequeños negocios y hogares podrán acceder a energía renovable sin necesidad de costosas instalaciones propias.
- Un sistema más resiliente: La diversificación de puntos de producción y consumo hace que el modelo energético sea menos vulnerable a fallos en infraestructuras individuales.
Conclusión del Antes y después de la retirada: Una transición necesaria
El desmantelamiento de la primera fotolinera de Lanzarote es más que el cierre de una infraestructura; es la señal de un cambio de paradigma. Si bien este proyecto representó un hito en su momento, su retirada evidencia la necesidad de evolucionar hacia modelos más eficientes y accesibles.
El futuro del autoconsumo energético en Lanzarote ya no pasa solo por instalaciones individuales, sino por redes compartidas que maximicen el uso de la energía renovable y beneficien a toda la comunidad.
El reto ahora es asegurar que esta transición cuente con el apoyo necesario en términos de financiación, normativa y concienciación ciudadana para que el autoconsumo compartido se convierta en una realidad sólida y duradera.
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